Hace dos años el Financial Times (FT) publicó que se había iniciado una investigación contra Deutsche Bank (DB) porque entre 2011 y 2014 el banco comercializó unos productos financieros que debían servir a los clientes para compensar los mayores costes de exportación o importación por los cambios de divisas.
Sin embargo, ha resultado que esos derivados financieros que se comercializaron como gratuitos para los clientes más “premium” de la entidad en realidad ocasionaron grandes pérdidas a las empresas que los contrataron porque eran productos que estaban sujetos a la volatilidad de las divisas.
Tal como ocurrió con algunos Swaps de tipos de interés, determinados empleados de la entidad financiera actuaron de mala fe al no advertir a los clientes que contrataban los productos de cambios de divisas que se exponían a riesgos; incluso los comercializaron infringiendo tanto normativa de la UE como normativa interna de DB.
La investigación abierta parece que está llegando a su fin pero de momento no se ha interpuesto ninguna sanción por parte de las entidades supervisoras (CNVM, Banco Central Europeo y la autoridad federal supervisora finaciera, BaFin).
Sin embargo el FT hace eco de que el banco sancionó directamente a una docena de empleados, cambió la cúpula directiva de España de banca de inversión en Londres y ha reforzado dsus protocolos internos para que evitar que vuelva a ocurir.
En paralelo, DB ha sido condenado a compensar a una empresa española de comercialización de productos electrónicos, ha alcanzado múltiples acuerdos con empresas afectadas como J. García Carrión y tiene pendiente un juicio por 500 millones de euros frente la Hight Court de Londres a raíz de una demanda interpuesta por Palladium, uno de los grupos hoteleros más grandes e importantes de España (propietarios entre otros del Hotel Usuhaïa de Ibiza y del hotel Hard Rock Ibiza).
Otro juicio a los que estar pendientes este 2023.
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