Habíamos dejado al bueno del juez de Iowa pendiente de resolver el incidente que habían instado las compañías francesas en el caso ‘𝗔𝗲𝗿𝗼𝘀𝗽𝗮𝘁𝗶𝗮𝗹𝗲’ para así evitar el tan temido ‘𝗗𝗶𝘀𝗰𝗼𝘃𝗲𝗿𝘆’ americano alegando que este acto procesal, según las reglas procesales de Estados Unidos, contravendría incluso el código penal francés.
Pueden imaginárselo como un nuevo 𝗱𝗲𝘀𝗲𝗺𝗯𝗮𝗿𝗰𝗼 𝗲𝗻 𝗡𝗼𝗿𝗺𝗮𝗻𝗱𝗶́𝗮 que obligaría a las demandadas a tener que entregar toda la documentación que tuvieran sobre el avión, el accidente y cualquier otra cosa remotamente relacionada, incluida la lista de la compra de una señora que pasaba por allí.
Poca broma, porque los dos mayores competidores mundiales en materia aeronáutica son curiosamente los 𝗘𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗨𝗻𝗶𝗱𝗼𝘀 𝘆 𝗙𝗿𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮, con sus respectivas compañías nacionales, auténticas campeonas en este sector tan estratégico, por lo que mucha gracia no les haría mucha a los ‘𝗲𝗻𝗳𝗮𝗻𝘁𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗮𝘁𝗿𝗶𝗲’ dejar que los americanos chafardearan todos sus papeles.
Y no solo eso, sino que al ‘𝗗𝗶𝘀𝗰𝗼𝘃𝗲𝗿𝘆’ le acompañarían el resto de clásicos procesales norteamericanos previos al juicio, como son las famosas declaraciones de testigos grabadas en video (‘𝗗𝗲𝗽𝗼𝘀𝗶𝘁𝗶𝗼𝗻𝘀’), los interrogatorios de parte (‘𝗜𝗻𝘁𝗲𝗿𝗿𝗼𝗴𝗮𝘁𝗼𝗿𝗶𝗲𝘀 𝘁𝗼 𝗣𝗮𝗿𝘁𝗶𝗲𝘀’), o las entradas y registros para la obtención de documentos (‘𝗣𝗿𝗼𝗱𝘂𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗗𝗼𝗰𝘂𝗺𝗲𝗻𝘁𝘀 𝗮𝗻𝗱 𝗧𝗵𝗶𝗻𝗴𝘀 𝗮𝗻𝗱 𝗘𝗻𝘁𝗿𝘆 𝗨𝗽𝗼𝗻 𝗟𝗮𝗻𝗱 𝗳𝗼𝗿 𝗜𝗻𝘀𝗽𝗲𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗮𝗻𝗱 𝗢𝘁𝗵𝗲𝗿 𝗣𝘂𝗿𝗽𝗼𝘀𝗲𝘀’) una diligencia esta última absolutamente desconocida por los juzgados civiles españoles, según he comprobado en no pocas ocasiones.
Esta semana damos solución al caso ‘Aerospatiale’ que llegó a las mas altas instancias judiciales en la controvertida sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos recordando además una secuencia de la mítica película «𝗔𝗻𝗮𝘁𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗔𝘀𝗲𝘀𝗶𝗻𝗮𝘁𝗼» de Otto Preminger con 𝗝𝗮𝗺𝗲𝘀 𝗦𝘁𝗲𝘄𝗮𝗿𝘁 y 𝗚𝗲𝗼𝗿𝗴𝗲 𝗖. 𝗦𝗰𝗼𝘁𝘁.
Como siempre, en Confilegal