«Piensen en pleitos multimillonarios derivados de grandes operaciones de M&A entre grupos empresariales, demandas contra compañías por daños medioambientales o reclamaciones colectivas contra cárteles de grandes sociedades que comportarán gestionar miles, millones de documentos.
De ahí que el personal vaya con mucho ojo y en esos procesos complejos de cuantías con solera decida poner la directa y contrate directamente a un tercero para que lo ejecute. Es decir, a una empresa externa e independiente con experiencia en estas cuestiones espinosas, que será la que revisará, identificará y gestionará todos esos documentos tanto con el juzgado como con el resto de partes.
Y es que el éxito del ‘disclosure’ en el sistema inglés es que obliga a las partes a ser realistas sobre sus auténticas posibilidades de obtener una sentencia favorable y, por esa razón, muchos casos se resuelven poco antes o poco después de esta etapa procesal, ya que los experimentos se hacen con gaseosa.»
Esta semana en #cartasdesdelondres seguimos con el proceso de ‘disclosure’ en el proceso civil de Inglaterra y Gales evocando a Brad Pitt y al «Club de la Confidencialidad».
Como siempre, en Confilegal: